Me parece crucial la comprensión que Olga ha querido transmitirnos de que tanto el liderazgo, como la construcción de conocimiento colectiva, parten desde el conocimiento del "yo" y de todas sus características.
Concretamente, el ejercicio de observación de ese objeto artístico (al que muchos le vimos cara de sombrero y que Olga usa como centro de mesa) me llegó bastante.
Esta fue mi descripción del mismo. Me gustaría mucho que me compartieran las de ustedes.
"Soy un sombrero rústico,
de colores vivos.
Mis fibras más pequeñas se juntan
para formar mis fibras más grandes;
y mis fibras más grandes se juntan
para formarme a mí.
No serviría para recolectar agua,
pues mis fibras dejan espacios irregulares entre ellas,
y por allí escaparía toda.
Peso bastante,
así que las niñas delgadas,
de cuellos frágiles,
no podrían usarme,
si bien mis colores son bastante femeninos.
Tirado en el piso parezco invitar a la canción,
a que mi dueña cante y la gente que la escuche
tire monedas en mi interior.
Por lo mismo áspero, me ensucio con facilidad
y atrapo malos olores.
Tengo forma de cono, pero truncado,
como las pirámides aztecas.
Mis espirales ciertamente tienen un inicio,
pero no parecen tener un final.
Y no hay dos como yo."
Todavía estoy trabajando en la interpretación (esa sí es íntima y personal).
Espero la conclusión no sea que soy un candidato idóneo para lobotomía y terapia electro-convulsiva.
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